Está fabricada con fibras cien por cien naturales (de hecho, es biodegradable), y su cometido no es otro que limpiar en profundidad la piel de tu rostro, además de exfoliarla eliminando las células muertas e imperfecciones de tu tez de forma delicada, pero efectiva.
¿qué es el Konjac? Pues es una planta milenaria asiática (en Corea, Japón y China llevan usándola más de 1.500 años en disciplinas como la medicina, la cocina o el cuidado de la piel) que crece en lugares de gran altitud y cuya composición es un noventa y cinco por ciento de agua y el resto minerales. Lo que se usa para fabricar la esponja como tal es la raíz.
De hecho, como es una planta alcalina con pH neutro, la esponja Konjac ayuda a estimular la circulación sanguínea y la regeneración natural de las células de tu piel sin dañarla (son dos de sus importantes beneficios para tu dermis); y, de hecho, su primer uso cosmético conocido fue como limpiador de la piel de los bebés.
¿Cómo funciona? Si alguna vez has tocado alguna, sabrás que su superficie es rugosa y áspera, pero cuando entra en contacto con el agua y se humedece, se vuelve blanda y suave. Esto sucede por la capacidad de sus fibras naturales de capturar y absorber el agua para ir liberándola gradualmente mientras se usa.
NATURAL (Blanca): Para todo tipo de piel, piel sensible o bebés.
TÉ VERDE (Verde): Antioxidante, para piel mixta o grasa.
ARCILLA ROJA FRANCÉS (Roja): Piel madura, deshidratada o piel con rosacea.
JENGIBRE (Amarilla): Disminuye la inflamación de la piel, remueve la grasa y nivela los niveles de PH, para pieles con tendencia acneica.
Fuente: https://www.marie-claire.es/belleza/cara/fotos/que-es-para-que-sirve-beneficios-como-se-usa-la-esponja-konjac/the-konjac-sponge-co